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Declaración del Día del Trabajo 2022

Year Published
  • 2022
Language
  • English

Reverendísimo Paul S. Coakley
Arzobispo de la ciudad de Oklahoma
Presidente del Comité de Justicia Doméstica y Desarrollo Humano
Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos
5 de septiembre de 2022


CONSTRUYENDO UNA ECONOMIA JUSTA PARA MUJERES Y FAMILIAS

La Iglesia con frecuencia contempla el bienestar de la sociedad a través de la lente del bienestar de la familia. Como dijo el Papa Francisco durante su visita a los Estados Unidos en 2015, “No podemos pensar en una sociedad sana que no le dé espacio concreto a la vida familiar. No podemos pensar en una sociedad con futuro que no encuentre una legislación capaz de defender y asegurar las condiciones mínimas y necesarias para que las familias...puedan desarrollarse”.Este Día del Trabajo, reflexionemos sobre cómo podemos construir una economía más justa, promoviendo el bienestar de las familias trabajadoras a través de obras de caridad y abogando por políticas mejoradas como la expansión del Crédito Tributario por Hijos y la aprobación de la Ley de Equidad para las Trabajadoras Embarazadas. Avanzar en estas dos políticas tendría un profundo impacto en la estabilidad familiar, especialmente para las familias que están económicamente vulnerables.

Algunos informes recientes han encontrado que la economía está regresando a una norma anterior a la pandemia con respecto a las tasas de desempleo.ii Sin embargo, otros informes demuestran que, mientras los salarios aumentan, gran parte o la totalidad de los aumentos se pierden debido a la inflación, que afecta más a las familias de bajos ingresos y pone a nuestra economía en una posición precaria.iii Mi oración es por los líderes gubernamentales quienes se ocupan de la inflación para que puedan tener prudencia al abordar sus complejidades y desafíos.

Sin embargo, las normas previas a la pandemia estaban lejos de ser perfectas. Incluso antes de las incertidumbres económicas actuales, las mujeres, especialmente las afrodescendientes y latinas, ganaban menos que sus contrapartes masculinas, incluso cuando hacían el mismo trabajo con las mismas calificaciones. Ocupaban la mayoría de los trabajos de atención directa, experimentando un mayor riesgo de lesiones, alto estrés y exposición a enfermedades, mientras ganaban salarios bajos.iv, v Eran la mayoría de los cuidadores de sus seres queridos, pero muchas carecían de políticas adecuadas de licencia familiar y médica. Estos y otros desafíos económicos siguen afectando a las familias trabajadoras y a sus hijos.

Este es también el primer Día del Trabajo desde que la Corte Suprema anuló Roe v. Wade. El fallo es un paso increíblemente significativo hacia la sanación de las heridas profundas del aborto y la protección de toda vida humana antes de nacer. Pero nuestro objetivo como católicos siempre ha sido y sigue siendo, construir una sociedad en la que el aborto sea impensable. Este momento único requiere una sociedad y una economía que apoye matrimonios, familias y mujeres; exige que todos superemos las divisiones políticas y trabajemos diligentemente para reformular las políticas sociales de manera que sean promujer, profamilia, protrabajador y, por lo tanto, auténticamente provida.

Una de las prioridades políticas de la USCCB en este Congreso ha sido apoyar la Ley de Equidad para las Trabajadoras Embarazadas (PWFA por sus siglas en inglés). Actualmente no existe una ley federal que requiera que los empleadores proporcionen adaptaciones razonables a corto plazo para las mujeres embarazadas en el lugar de trabajo y la Ley PWFA lo haría. Las solicitudes comunes incluyen poder llevar una botella de agua, un taburete para trabajos que impliquen estar de pie durante mucho tiempo o tareas más livianas para trabajos que impliquen levantar objetos pesados. A las mujeres en trabajos de bajos salarios y físicamente exigentes, desproporcionadamente ocupados por mujeres de color, regularmente se les niegan estas adaptaciones simples y son despedidas u obligadas a tomar licencia sin goce de sueldo.vi Varios estados ya cuentan con leyes como esta; sin embargo, las mujeres embarazadas en todos los estados deberían estar protegidas por estas normas. Ninguna mujer debe ser forzada a arriesgar su salud o la de su hijo/a, sufrir un aborto espontáneo, un parto prematuro, su seguridad económica o perder los beneficios del seguro solo por solicitar una adaptación razonable a corto plazo, relacionada con el embarazo. La Cámara de Representantes de los Estados Unidos ya aprobó este proyecto de ley con un fuerte apoyo bipartidista. Ahora, cuando queda poco tiempo en la actual sesión legislativa del Congreso, urgimos que el Senado apruebe de inmediato esta propuesta que haría que el lugar de trabajo sea más seguro para las mujeres y sus hijos por nacer. Cientos de católicos que participaron este año en el Encuentro de la Pastoral Social Católica apoyaron este proyecto de ley en reuniones con sus Senadores de los Estados Unidos. Alentamos a los católicos a continuar haciéndolo a través del centro de defensa en el sitio web de la USCCB.

La USCCB también ha estado abogando activamente a favor de ampliar el Crédito Tributario por Hijos (CTC por sus siglas en inglés). En 2021, el CTC brindó ayuda económica a las familias que tenían dificultades para cubrir sus gastos. Las familias gastaron en gran medida este dinero en alimentos, facturas de energía, pagos de vivienda y otras necesidades básicas. Con el aumento de la inflación, continuar expandiendo este crédito fiscal sería de gran ayuda para las familias obligadas a elegir entre comprar alimentos o llenar sus tanques de gasolina. El Congreso debe avanzar con una propuesta de CTC que no tenga un requisito de ingreso mínimo, incluya familias con estatus migratorio mixto, esté disponible para el año anterior al nacimiento y se ofrezca a todos los niños, independientemente del tamaño de la familia. En 2021, la CTC fue enormemente efectiva en la reducción de la pobreza infantil y no debemos retroceder en este progreso.

Además, la USCCB apoya la política federal de licencias pagadas, salarios justos y el derecho a organizarse. Durante mucho tiempo hemos pedido un sistema en el que toda la sociedad disfrute de las necesidades humanas fundamentales, incluida la nutrición, la vivienda asequible, la educación y la atención médica. Estos bienes comunes no pueden lograrse únicamente con el esfuerzo individual, sino requieren la colaboración y cooperación de todos, sin excluir a nadie.

De manera similar a la importancia de la política federal, hay mucho trabajo que puede hacerse localmente para promover la dignidad del trabajo. Por ejemplo, siempre hay oportunidades de ofrecerse como voluntario para ayudar a las familias con dificultades, como con Caridades Católicas. Además, los esfuerzos de los sindicatos han contribuido a que los trabajadores sindicalizados les fue mejor durante la pandemia que a los no sindicalizados, ya que tenían más posibilidades de mantener su salario y sus puestos de trabajo. Con este fin, en un esfuerzo por eliminar la trata laboral y los abusos relacionados en el lugar de trabajo, como el robo de salarios, la Campaña Católica para el Desarrollo Humano apoya a las organizaciones que trabajan en los derechos y la capacitación de los trabajadores de bajos salarios.

Por último, al escribir esta reflexión para el Día del Trabajo, recuerdo a Monseñor George Higgins, quien falleció hace 20 años. Fue un ferviente defensor de la justicia económica para todos, trabajando en estrecha colaboración con sindicatos y organizadores sindicales, incluidos César Chávez y United Farm Workers. Recibió muchos premios, incluida la Medalla Presidencial de la Libertad. Fue el director de lo que entonces se llamaba el Departamento de Acción Social de la conferencia episcopal y, de hecho, durante décadas, escribió o fue consultado sobre las declaraciones de los obispos católicos de los Estados Unidos sobre el Día del Trabajo. Inspirándonos en él, continuemos su buen trabajo en la construcción de una sociedad justa para todos. Que el espíritu y el ejemplo de Monseñor Higgins nos inspiren, para que tengamos la sabiduría para construir la justicia y mejorar la vida de los trabajadores y sus familias, como lo hizo él a lo largo de su vida.

 


i Papa Francisco, Fiesta de las Familias y Vigilia de Oración (26 de septiembre de 2015). Viaje apostólico - Estados Unidos de América: Fiesta de las familias y víspera de oración en el B. Franklin Parkway (Filadelfia, 26 de septiembre de 2015) | Francisco (vatican.va)  

ii Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos, Employment Situation Summary [Resumen de la situación laboral] (5 de agosto de 2022). https://www.bls.gov/news.release/empsit.nr0.htm 

iii Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos, Employment Cost Index Summary [Resumen del índice de costos de empleo] (29 de julio de 2022). https://www.bls.gov/news.release/eci.nr0.htm 

iv PHI, Direct Care Worker Disparities: Key Trends and Challenges [Disparidades en los trabajadores de atención directa: Tendencias y desafíos clave] (8 de febrero de 2022). https://www.phinational.org/resource/direct-care-worker-disparities-key-trends-and-challenges/ 

v PHI, Workplace Injuries and the Direct Care Workforce [Lesiones en el lugar de trabajo y la fuerza laboral de atención directa] (20 de abril de 2018). https://www.phinational.org/resource/workplace-injuries-direct-care-workforce/ 

vi A Better Balance, Long Overdue: It is Time for the Federal Pregnant Workers Fairness Act [Hace tiempo que debería haberse hecho: Ha llegado la hora de la Ley Federal de Equidad para las Trabajadoras Embarazadas], (Mayo de 2019). https://www.abetterbalance.org/wp-content/uploads/2019/05/Long-Overdue.pdf 

Declaración del Día del Trabajo 2022.pdf
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