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Declaración Del Día Del Trabajo 2021

Year Published
  • 2021
Language
  • English

Reverendísimo Paul S. Coakley
Arzobispo de la ciudad de Oklahoma
Presidente del Comité de Justicia Doméstica y Desarrollo Humano
Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos
6 de septiembre de 2021


Un sueño para una mejor economía

Hermanos y hermanas, un año y medio después de que el país comenzara a cerrarse debido al COVID-19, vemos señales tanto de una recuperación alentadora como de pruebas en curso. Todavía existen muchas incertidumbres en torno a esta pandemia; sin embargo, sabemos que nuestra sociedad y nuestro mundo nunca volverán a ser lo mismo. En este tiempo, el Papa Francisco nos ha dado mucho para reflexionar en relación con el Día del Trabajo, incluida su última encíclica, Fratelli Tutti, y la iniciativa con jóvenes economistas y emprendedores conocida como La Economía de Francisco. Como ha dicho el Papa Francisco, "de una crisis no se sale igual: salimos mejor o peor".[1] ¿Qué nos dicen los signos de los tiempos y cómo podemos aplicar lo que el Santo Padre nos ofrece para inspirarnos hacia una mejor economía?

Recuperación para algunos; para otros, persisten las dificultades

En este Día del Trabajo, expreso mi gratitud a los muchos trabajadores que han mantenido nuestro país en funcionamiento durante estos tiempos difíciles y han trabajado en condiciones difíciles y, a menudo, subestimadas. También oramos por aquellos que perdieron o continúan sin recursos o ingresos, ya que las investigaciones indican que el 47% de los adultos experimentaron una pérdida de ingresos laborales entre marzo de 2020 y febrero de 2021. Los informes recientes de aumentos en los ingresos y gastos personales nos dan la esperanza de que la economía está recuperándose de manera significativa. Comparada con marzo del año pasado, cuando la tasa de desempleo experimentó el mayor aumento en un mes desde el 1975, hoy la tasa de desempleo es considerablemente más baja. Sin embargo, sigue siendo más alta que antes de COVID; incluso antes de la pandemia, casi el 40% de los estadounidenses hubiesen tenido dificultad para cubrir un gasto inesperado de $400.

Lamentablemente, así como es común en las crisis económicas, COVID aumentó la vulnerabilidad de las personas a la explotación. La Línea Nacional Contra la Trata de Personas manejó un aumento del 40% en casos de trata de emergencia en el mes posterior a las órdenes de refugio en el lugar. Las comunidades de color han sido particularmente vulnerables a la trata de personas y se han visto afectadas de manera desigual por la pérdida de ingresos y la pérdida de empleos. Los adultos de los hogares de ingresos más bajos tenían mayores probabilidades de experimentar una pérdida de ingresos laborales que los de hogares de ingresos más altos. Y las mujeres representaron más de la mitad de las pérdidas de empleo durante los primeros siete meses de recesión, a pesar de que representan menos de la mitad de la fuerza laboral.

Por supuesto, todo esto en el contexto del duelo por las más de 600,000 personas que han muerto debido a COVID solo en los EE. UU. Es especialmente desgarrador que hasta 43,000 niños menores en los EE. UU. hayan perdido a un padre como resultado de la pandemia. Las familias que perdieron un sostén de la familia ahora son más vulnerables financieramente, y se proyecta que 42 millones de personas en los Estados Unidos experimentarán inseguridad alimentaria este año, incluidos 13 millones de niños.

Imaginando una mejor economía y un mundo más fraterno

En Fratelli Tutti, el Papa Francisco comparte una visión para un mundo post-COVID que aspira a una fraternidad global que no deje a nadie al margen de la sociedad. Condena la realidad de que todavía no se reconoce que las mujeres tienen la misma dignidad que los hombres, que el racismo continúa vergonzosamente y que los pobres, discapacitados, no nacidos o ancianos a menudo se consideran prescindibles.[2] En respuesta a esta cultura del descarte, el Santo Padre nos invita a todos a que, "Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos…" [3]           

El Papa Francisco reflexionó que tal fraternidad universal solo se puede lograr cuando nuestros sistemas sociales y económicos dejan de producir víctimas.[4] Al rechazar una visión neoliberal, Francisco escribe que los mercados no pueden resolver los problemas sociales por sí mismos; por tanto, se deben crear políticas proactivas centradas en el bien común.[5] En un esfuerzo por "'re-animar' la economía" con un nuevo modelo económico basado en la fraternidad y la igualdad, el año pasado el Papa Francisco lanzó el evento La Economía de Francisco, arraigado en el ejemplo de San Francisco de Asís de abrazar a los pobres y una ecología integral.[6] En su mensaje en video, el Santo Padre compartió con los participantes: "Pasada la crisis sanitaria en la que nos encontramos, la peor reacción sería de caer aún más en una fiebre consumista y en nuevas formas de autopreservación egoísta".[7]

En cambio, el Papa Francisco promueve un nuevo espíritu en torno al pensamiento económico, como escribe sobre el pensamiento de las economistas Mariana Mazzucato y Kate Raworth:

Veo ideas nacidas de su experiencia en la periferia, que reflejan su preocupación por la escandalosa desigualdad de miles de millones de personas en privación extrema mientras el uno por ciento más rico posee la mitad de la riqueza financiera del mundo…Veo un pensamiento que no es ideológico, que va más allá de la polarización del capitalismo de libre mercado y el socialismo de Estado, y que se centra en asegurar que todos tengan acceso a la tierra, el techo y el trabajo. Todas estas preocupaciones expresan las prioridades del Evangelio y los principios de la doctrina social de la Iglesia.[8]

Es nuestra tarea no solo reflexionar sobre los males actuales de nuestra economía, sino también construir un consenso en torno a la dignidad humana y el bien común, los cimientos de la doctrina social católica, y responder al llamado del Papa de proponer respuestas económicas nuevas y creativas a necesidad humana, tanto a nivel local como global.

Los Ministerios de la Iglesia responden

De la teoría a la práctica, las parroquias y los ministerios católicos han estado trabajando durante esta crisis para cumplir la visión del Papa Francisco de que "los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia".[9] En los primeros seis meses de la pandemia, las agencias de Caridades Católicas distribuyeron casi $400 millones en asistencia de emergencia, incluidos alimentos, equipo de protección personal, suministros para bebés y viviendas de cuarentena para las personas sin hogar. Además, el trabajo de la Campaña Católica para el Desarrollo Humano (CCHD) ha sido más vital que nunca durante la pandemia. Por ejemplo, el Centro de Trabajadores de Cincinnati organizó capacitación para trabajadores y la comunidad sobre la seguridad de COVID-19 para mantener seguros a los trabajadores esenciales. Chicago Workers’ Collaborative (La Colaborativa de Trabajadores de Chicago) protegió a los trabajadores al monitorear e informar violaciones de seguridad por parte de fábricas y almacenes, y trabajó para aumentar el acceso de los trabajadores esenciales a las vacunas.

A lo largo de la pandemia, los obispos han abogado por programas de nutrición, una moratoria de desalojos, apoyo a los ingresos y al empleo, medidas de seguridad para los que están encarcelados y acceso a la atención médica.[10] Durante la consideración de las propuestas legislativas sobre infraestructura, los obispos compartieron con los miembros del Congreso de los Estados Unidos que el Papa Francisco considera que el empleo es el "gran tema" en la política en lo que respecta a la reducción de la desigualdad económica. Enfatizamos la importancia de crear empleos para los pobres y marginados, priorizando el trabajo organizado y la protección continua de los derechos de los trabajadores. También pedimos que la legislación apoye a las familias trabajadoras y aborde la crisis ecológica que afecta a todos los trabajadores.[11]

De ahora en adelante

La segunda lectura de este domingo nos instruye a no mostrar parcialidad mientras nos adherimos a la fe. Santiago nos dice que actuamos como jueces malintencionados cuando nos mantenemos alejados de los pobres (Santiago 2: 1-5). El Papa Francisco ha señalado un punto similar cuando observa que a veces justificamos nuestra indiferencia por los pobres mirando hacia otro lado y viviendo nuestras vidas como si simplemente no existieran.[12] No solo nuestras acciones son insuficientes, sino también nuestra vista, cuando ignoramos a los pobres y no permitimos que sus súplicas toquen nuestros corazones. Aceptemos juntos el desafío de resurgir de esta crisis con una economía que funcione para todos los hijos de Dios. Oremos primero por los que han fallecido, sus seres queridos, los enfermos, los que han perdido el trabajo y por el fin de esta crisis. Hagamos lo que podamos para protegernos a nosotros mismos, a nuestros seres queridos y a nuestras comunidades del aumento de infecciones. También invitamos a todos los que puedan ser voluntarios y donar en su parroquia local, sitio de Caridades Católicas u organización apoyada por CCHD para reconstruir nuestras comunidades. Finalmente, comprometámonos en la construcción de "la mejor política" entablando un diálogo con los funcionarios electos, llamándolos a una política auténtica que esté enraizada en la dignidad de la persona humana y promueva el bien común.[13]

La pandemia nos ha presentado universalmente muchas experiencias compartidas. Que podamos construir sobre este momento con una fraternidad global que trasciende el partidismo y erradica las injusticias en todas sus formas.


[1] Papa Francisco, Videomensaje del Santo Padre Francisco (21 de noviembre de 2020). https://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/pont-messages/2020/documents/papa-francesco_20201121_videomessaggio-economy-of-francesco.html (en adelante Videomensaje de la Economia de Francisco)

[2] Papa Francisco, Fratelli Tutti, n. 23, 20, 18. https://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20201003_enciclica-fratelli-tutti.html (en adelante Fratelli Tutti)

[3] Fratelli Tutti, n. 8.

[4] Papa Francisco, Carta del Santo Padre Francisco para el Encuentro "Economy of Francesco" (26-28 de mar de 2020). https://www.vatican.va/content/francesco/es/letters/2019/documents/papa-francesco_20190501_giovani-imprenditori.html (en adelante Carta Economía de Francisco).

[5] Fratelli Tutti, n. 168.

[6] Carta Economía de Francisco.

[7] Vídeomensaje de La Economía de Francisco.

[8] Papa Francisco, Soñemos Juntos (2020), 67-68. 

[9] Papa Francisco, Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2015 (4 de octubre de 2014). https://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/lent/documents/papa-francesco_20141004_messaggio-quaresima2015.html

[10] https://www.usccb.org/resources/backgrounder-covid-19-relief-meets-needs-poor-vulnerable-january-2021

[11] https://www.usccb.org/resources/letter-congress-concerning-legislation-infrastructure-april-22-2021

[12] Fratelli Tutti, n. 73.

[13] Fratelli Tutti, n. 154.

Declaración Del Día Del Trabajo 2021-Labor Day Statement 2021 Spanish.pdf
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